Tengo una idea para un corto
Todo el mundo tiene ideas. Todos
conocemos a alguien que alguna vez nos ha dicho que le ha sucedido algo
increíble o que la historia de su vida, o la de su familia, darían para una
película. Sin embargo, sólo un reducido número de personas se deciden a
utilizar su tiempo en desarrollar fílmicamente estas ideas; menor es el grupo
de gente que controla las normas de escritura cinematográfica y muchos menos
aún son los que superan las primeras fases de este laborioso esfuerzo. Una idea
es algo etéreo e inconsistente, algo menos que una semilla. Pero es el
principio.
SIEMPRE hay que apuntar las ideas, por ello parece adecuado
para aquellos que tengan el gusanillo del cine entre las venas llevar un
bolígrafo o un lápiz y un papel encima. Nada hay más frustrante que recordar
que se ha tenido una buena idea y que se ha olvidado. Si apuntáramos todo lo
que nos sorprende, nos llama la atención o se nos ocurre espontáneamente,
obtendríamos al día ideas para cientos de historias…de las que quizá valdría la
pena desarrollar una o ninguna. Ciertamente, parece sensato ser modestos: no
podemos creer que por el simple hecho de que se nos ocurra algo, esa idea es de
por sí interesante como para invertir un esfuerzo y un tiempo en llevarla adelante.
Una idea no es una historia y llegar a alguna conclusión necesita recorrer una
serie de pasos..
Primer paso. Intentemos obtener una historia de esa idea.
Invirtamos unas horas, unos días, unas semanas, en convertir esa pequeña
anécdota, frase o situación en un boceto de historia. Pueden darse tres
circunstancias:
a. No obtenemos nada en claro y la desechamos.
b. Surge un storyline que nos resulta
potencialmente atractivo.
c. Obtenemos un storyline que no conserva nada de
la idea original pero nos parece interesante.
Segundo paso. Dejemos leer o contemos nuestro proyecto a otras
personas, amigos, conocidos y familiares para obtener algunos juicios y
valoraciones. Cuando algo nos ha costado llevarlo a cabo nos resulta más
difícil valorarlo negativamente. Sea cual sea la respuesta obtenida, sólo hay
una vía a seguir: hay que trabajarlo más, ya sea para mejorar lo rechazado o ya
sea para no conformarse con los halagos (lo normal es que los amigos y
familiares nos apoyen entusiasmados, pero ello no debe cegarnos). La clave es
el trabajo. En el mundo del cine el 99 % trabajo y el 1 % restante inspiración.
Tercer paso. Creer en las normas establecidas en la industria.
Somos libres para pensar que estamos haciendo algo tan novedoso que podemos
ignorar las reglas, pero esto sólo suele ser la consecuencia de un exceso de
soberbia. En el 90 % de las ocasiones en que alguien defiende un trabajo
argumentando que las normas están para saltárselas es porque no ha sabido
utilizarlas para hacer mejor su labor. En el contexto de este texto, debes
remitirte al bloque sobre guión y a su bibliografía (9) y después empieza a
escribir tu proyecto. Recuerda: las normas están para saltárselas…cuando ya se
dominan.
Cuarto paso. Ya has escrito tu guión. Léelo, considéralo…y vuelve
a escribirlo. Hasta que no hagas varias versiones no conseguirás reducirlo a su
esencia, a lo verdaderamente ameno e interesante que quieres transmitir. Haz
tres, cuatro, cinco versiones… aún así, seguro que siempre habría sido mejor
hacer una nueva revisión. En el cine español la media es hacer cinco versiones
por cada guión de largometraje.
Vas a hacer un cortometraje, cuya definición oficial es: un relato audiovisual
que dura entre un segundo y 59 minutos con 59 segundos. A partir de la hora ya
se considera largometraje. La duración más conveniente para un corto es de
máximo veinte minutos, si realmente estamos narrando algo muy, muy interesante.
Si somos lo bastante humildes como para aceptar que estamos empezando y aún no
dominamos el lenguaje, es prudente limitarse, como mucho, a los diez minutos de
duración.
No pongamos trabas a nuestra
imaginación, pero seamos realistas y consideremos los medios de que disponemos.
La única cortapisa que no debemos permitirnos es la autocensura, el mayor
enemigo de la creatividad. No nos dejemos limitar por los prejuicios y los
tabúes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario